miércoles, 4 de noviembre de 2015

DICHOS Y MENSAJES DEL PAPA 4: ¡Dios no puede no amar!.


El Papa Francisco celebró Misa en Casa de Santa Marta y nos habló del amor que Dios tiene a toda la humanidad.
“¡Dios no puede no amar! Y esta es nuestra seguridad. Yo puedo rechazar este amor, puedo rechazarlo como lo ha rechazado el buen ladrón, hasta el final de su vida”.
“Pero ahí le esperaba el amor. El más malvado, el más blasfemo es amado por Dios con una ternura de padre, de papá”. Es un amor “como el de una gallina con sus polluelos”.
Y para explicar la primera lectura del apóstol San Pablo, nuestro Santo Padre nos dice que somos vencedores.
“La fuerza de esta seguridad de vencedor el cristiano la debe tener en sus propias manos, como si fuese su propiedad de tal forma que los creyentes podrían decir: ¡Ahora nosotros somos los campeones!”.
“Pero somos vencedores no porque tenemos este don en la mano, sino por otra cosa. Es otra cosa que nos hace vencer o al menos si nosotros queremos rechazar la victoria siempre podremos vencer. Es el hecho de que nada podrá separarnos jamás del amor de Dios, que está en Cristo Jesús, nuestro Señor”.
“No es que nosotros seamos vencedores sobre nuestros enemigos, sobre el pecado. ¡No! Estamos tan unidos al amor de Dios que ninguna persona, ninguna potencia, ninguna cosa nos podrá separar de este amor”.
“Pablo ha visto en el don algo más, aquello que da el don: es el don de la recreación, es el don de la regeneración en Cristo Jesús. Ha visto el amor de Dios. Un amor que no se puede explicar”.
“Pero todo hombre y mujer puede rechazar el don y preferir su pecado, y sin embargo el don existe”.
Francisco hizo especial énfasis en que Dios no puede separarse de nosotros.
“El don es el amor de Dios, un Dios que no puede separarse de nosotros”
Refiriéndose al Evangelio, nuestro Santo Padre dice que en la actualidad Dios nos habla con este pasaje.
“¡Cuántas veces he querido recoger a tu hijo como una gallina a sus polluelos bajo las alas y vosotros no habéis querido! Es una imagen de ternura. Y cuántas veces he querido sentir esta ternura, este amor, como la gallina con los polluelos y ustedes lo han rechazado”.
“Por eso San Pablo es capaz de decir que ha entendido que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los principados, ni lo presente ni lo futuro, ni las potencias, ni alturas, ni profundidades, ni ninguna otra cosa podrá jamás separarnos de este amor”.
Y nos habló de un Dios que no condena, sino que ama.
“Dios, el potente, el creador, puede hacer todo: ¡Dios llora! En este llanto de Jesús sobre Jerusalén, en esas lágrimas, está todo el amor de Dios. Dios llora por mí cuando me alejo; Dios llora por cada uno de nosotros; Dios llora por esos malvados que hacen tantas cosas feas, tanto mal a la humanidad… Espera, no condena, llora. ¿Por qué? Porque ama”.


Mariana Alcázar.
(Grupo JMJ GDL - Sedipaj)

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