Hay tres cosas de una JMJ que llaman mucho la atención y nos motivan a participar: El viaje internacional, la reunión de muchas naciones y la experiencia de Iglesia Universal. De estas tres hablaremos de la primera.
El viaje internacional, para quienes no han tenido la oportunidad de viajar fuera de su patria vivir la experiencia de la JMJ trae consigo la experiencia de conocer otros países y eso entusiasma mucho, desde el hecho de obtener tu pasaporte para poder salir de tu país; Conocer lugares de una cultura ajena a la nuestra (El idioma, la comida, las costumbres etc.)
Conocer sitios que solo podías ver en fotos por internet. Seguramente eso sí que nos entusiasma, pero reducir la experiencia de la JMJ a solo un viaje internacional nos llevaría a una gran decepción. Si nuestra intención es participar en en la JMJ deberemos enfocarnos en lo que realmente es: Un encuentro con Jesucristo y llevarnos grandes bendiciones.
Si lo que quieres es viajar, te recomiendo que lo hagas con otro pretexto y no con la JMJ, pues te darás cuenta que vivir una JMJ es viajar en grupo, cuidarnos entre todos, andar entre multitudes, caminar mucho solo para ver al papa y vivir los actos centrales en medio de un mar de gente, alojarte en una casa humilde o en el salón de un colegio, bañarte en grupo, comer lo que se pueda y lo que te den (tal vez solo galletas y agua), pasaras horas en el metro, autobús, o sentados en una banqueta, no conocerás los lugares más llamativos de la ciudad o país sede de la JMJ, etc. Todo esto suena horrible pero así sucederá si solo quieres viajar, ciertamente una JMJ no es lo que quieres vivir.
En cambio si lo que buscas es vivir un encuentro con Cristo, viajaras con un grupo de hermanos que comparten la fe, veras que entre todos nos cuidamos de no perdernos, andar entre multitudes de personas de diferentes culturas que comparten una sola fe, Hacer una larga caminata, cantando, alabando y compartiendo para lograr ver al representante de Cristo en la tierra: El Papa, ser parte de un mar de gente que se arrodilla ante el Santísimo Sacramento, alojarte en la casa de una familia que te comparte su cama, su comida, sus costumbres y su vida; o en un colegio acompañado de tus amigos con los que comparten todo, hasta el baño; recibir con mucho cariño alimento (aunque sean solo galletas y agua) pasaras horas en el metro, autobús o sentados en una banqueta platicando, compartiendo tu cultura con otros jóvenes cantando y conviviendo y al final, te darás cuenta que has conocido lo más interesante de un país extraño, su gente y su cultura, pero sobretodo su fe… además Dios te dará la oportunidad de conocer lugares famosos e importantes de ese país. ;)
Entonces, ¿vas a una viaje o vas a la JMJ?
Jorge Iñiguez
(Grupo JMJ GDL - Sedipaj)
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