Dios expresando su infinito amor ha creado al ser humano libre y por ese mismo amor respeta de manera absoluta su libertad; esta, nos es entregada a cada uno de nosotros para vivir el amor más puro y ser parte de su plan perfecto.
La libertad es la capacidad e poder optar por lo que es bueno, por lo que es mejor para nuestra propia realización, de dejarnos guiar dentro del plan de Dios; El nos llama a recorrer el camino, se trata de entregarnos, de donarnos a su misericordia. Es una entrega libre y confiada en que lo que Dios ha pensado para cada uno dentro de su amoroso plan.
En ocasiones la misma sociedad nos lleva a creer que el plan de Dios es una barrera o una limitante a nuestra libertad, como algo q merma nuestra felicidad, pero por el contrario podemos darnos cuenta que al adherirnos al Plan de Dios somos verdaderamente plenos y felices, teniendo claro que nuestro horizonte es la santidad.
Para cumplir y seguir dócilmente al Plan de Dios, primero tenemos que conocerlo. Luego, es importante tener una actitud de salir al encuentro, de buscar activamente cooperar con Dios, que siempre nos da sus fuerzas para caminar por el sendero que tiene para nosotros.
Verónica Álvarez
(Grupo JMJ GDL - Sedipaj)
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