El seguimiento de Jesucristo es semejante al seguimiento entre un novio y una novia, dos chicos se conocen en una fiesta de la escuela, ya anteriormente habían cruzado sus miradas, comienzan a dialogar sonrojados se dan cuenta que disfrutan de varios gustos q comparten, la fiesta se les hace corta para seguir dialogando de sus gustos, pero la realidad es que desde un primer momento estos chicos se simpatizan. Intercambiar números telefónicos, quedan de verse el próximo fin de semana y así comienza a cristalizarse una hermosa historia de amor, ellos se comienzan a conocer.
Con el paso del tiempo estos muchachos una vez que han conocido un poco más al otro, empiezan a quererse, El sentimiento aumenta llega el momento en que el uno al otro se declaran su amor, con el deseo de que ese amor sea para siempre, es tanto el cariño que se tienen, es tanto el querer compartir sus vidas y llegar ancianos juntos que deciden seguirse el uno al otro y delante de Dios sellan su alianza para siempre.
Así mismo en el transcurso de nuestra vida, unos pequeños, otros jóvenes, otros adultos, otros ancianos, tenemos ese encuentro con Jesucristo vivo. Cuando le abres sinceramente tu corazón al Señor, Él entra y se queda para siempre, pero es necesario primero conocerlo, leer los Evangelios, entrar en contacto con él a través de la oración Y poco a poco ir aumentando el conocimiento intelectual y doctrinal de Jesús. Esto irá originando en nosotros el enamoramiento de Él y una vez que nuestra fe está madura, somos capaces de escuchar su voz y seguirle.
Así el proceso de conocer, amar y seguir a Jesús se convierte en la aventura más emocionante de tu vida.
Pbro. Juan Pablo López Ramos
(Grupo JMJ GDL - Sedipaj)
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