Cuantas veces al encontrarnos en una situación difícil clamamos por una “señal de Dios” nos preguntamos ¿Qué diría Dios al respecto? O le exigimos que nos diga que hacer o qué camino seguir; sin embargo Dios nos envía señales cada día y en todo momento solo que nos encontramos tan metidos en nuestros propios problemas, en nuestra rutina de vida y en el bullicio de la sociedad que no prestamos atención a ellas.
Dios nos envía señales a través de nuestra consciencia que a diario debe estar buscándolo y no detenerse a pesar de las barreras que nos ocupamos en poner; aun con dificultades, con murallas no debemos olvidar que El siempre está ahí a nuestro lado, aguardando por nosotros y ofreciéndonos su inmenso amor.
No nos volvamos ciegos ni sordos a sus señales, a su voz, a su amor; hagamos de nuestra existencia un encuentro constante con Dios, decidida aceptación aun cuando en ocasiones no entendamos su plan podemos tener la certeza de que es perfecto; no perdamos de vista las señales y permitamos que El nos guíe por sus caminos de amor.
Veronica Álvarez
(JMJ GDL - Sedipaj)
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